Una Forma de Pensamiento (FP) es una fuerza que entra en acción en cuanto
ha sido creada. A partir de ese momento,
todos los planos, tanto el físico
como los sutiles pueden verse afectados
por ella, y reaccionar en función de la información
contenida en ese pensamiento, -más o
menos impreciso-, que hemos generado.
En 1791. “Kant escribía: La razón no percibe
más que lo que ella misma produce, lo que se encuentra
en su propio plano”. En la época actual, algunos
científicos como Jacob Bohm y Carl Príbam,
tienen la certeza de que el cerebro puede crear
materia, y de que la atención que prestamos a los
elementos de la vida es suficiente para traerlos a la
existencia.
En un artículo de la revista MOTUS, leí lo siguiente:
“Bohm sugiere que las nociones de tiempo y espacio
han sido inventadas por el cerebro”.
Éste interpreta unas frecuencias que pertenecen a
un orden de existencia que está mucho más allá
del tiempo y del espacio y, a través de esa interpretación,
construye matemáticamente una realidad
objetiva.
Pribam, por su parte, dice que: “el mundo
objetivo no existe, al menos no como creemos...
La realidad espacio-temporal no es más que el
resultado de la lectura de unas frecuencias y del
tratamiento que de ellas hace la compleja calculadora
que es el cerebro”.
Los diversos acontecimientos de nuestra
vida no tienen demasiada importancia, sin embargo,
la forma en que los vivimos puede hacer
de nuestra existencia una realidad luminosa. Por el
Espíritu del Sol.
¿Cómo actúa una Forma-Pensamiento
Todos los acontecimientos que vivimos,
desde la concepción hasta la muerte, son detectados
por nuestros cinco sentidos, que remiten la información
recabada hacia el cerebro límbico (CL),
verdadero punto neurálgico o central de mando
del cerebro.
Si la información es nueva, desconocida,
será dirigida hacia el neocórtex para ser analizada
por los dos hemisferios, izquierdo y derecho. Allí
será comparada con otros acontecimientos conocidos
para determinar si se trata de un elemento
favorable o desfavorable, agradable o desagradable.
El resultado del análisis se transmite a la
memoria emocional, situada en el cerebro límbico,
que pondrá en marcha una acción de supervivencia
–mediante la huida u otro tipo de respuesta –
en el caso de que la información sea desfavorable.
La acción que desencadena el cerebro límbico está
coordinada por el hipotálamo. El hipotálamo es la
vía principal por la que el sistema límbico actúa en
el cuerpo. Está formado por dos partes:
-Una de ellas, la que más reacciona ante
los estímulos emocionales, interviene en el control
del sistema inmunitario-. La otra, regula la actividad
de la hipófisis, la cual a su vez, regula todo el
sistema endocrino.
Tras cada una de las experiencias emocionales
que hemos vivido desde nuestra concepción,
hemos memorizado una conclusión que queda
grabada en el CL y que, -a veces-, nos hace reaccionar
de forma inadecuada y deriva en que nos
comportemos de un modo inadaptado a la situación
que vivimos en ese momento.
A menudo, pongo el ejemplo del bebé que,
durante la primera noche de su vida, lo separan
de su mamá para que ésta descanse o para vigilar
cualquier otro problema de salud que requiere
una atención especial. Para el bebé se trata de una
separación traumática, que influenciará el resto de
su vida, tanto de niño como de adulto. La conclusión
a la que llega el cerebro podría ser ésta:
“Separación = sufrimiento”.
Cuando a los tres meses los padres lleven
al niño a la guardería porque la madre ha de reincorporarse
al trabajo, despertará la memoria
emocional dolorosa almacenada en el CL, y desencadenará,
a nivel del hipotálamo, la supresión
inmunitaria, que hará descender, más aún, la poca
inmunidad fisiológica que se tiene a esa edad. El
bebé empezará a tener rinofaringitis, otitis y/o
bronquitis cada vez que lo lleven de nuevo a la
guardería.
Llorará cada vez que alguien trate de apartarlo de
los brazos de su padre o de su madre. La escuela
será para él una experiencia dolorosa. Y, al llegar
a la edad adulta, es posible que tenga una gran
dependencia afectiva.
“El Pensamiento es capaz de modificar la
cualidad de las moléculas”
Así pues, cuando tenemos reacciones inadecuadas
a las situaciones que vivimos es porque,
inconscientemente, reactivamos emociones incomprendidas
que tenemos almacenadas en
nuestra memoria emocional. Cada vez que las reactivamos,
alimentamos las FP no sanadas que arrastramos
por dondequiera que vamos.
¿Qué es lo que impide que aparezca
la enfermedad?
Está demostrado que, en un momento uotro de la vida, todos producimos células cancerosas.
Sin embargo, la mayoría de la gente no tiene
cáncer porque, afortunadamente, el sistema inmunitario
se encarga de destruir todas las células
anormales o extrañas. Algunas veces, en cambio,
la inmunidad se reduce o está debilitada, y entonces
aparece la enfermedad.
¿Qué es lo que actúa sobre nuestra inmunidad
disminuyéndola o fortaleciéndola?
Pues las FP y las emociones que éstas desencadenan.
Para que originen enfermedades
graves, como el cáncer, las FP deben:
•Estar bien estructuradas, es decir, ser sólidas,
con una firme creencia en su realidad. Una
creencia fuerte podría ser, por ejemplo, ésta: “No
merezco que nadie se ocupe de mí”. O bien: “Estoy
abocado al fracaso en todo lo que hago”.
•Ser repetitivas. Por ejemplo, en cada separación,
la conclusión del CL, recuerda que “Separación
= sufrimiento”.
•Ir acompañada de una profunda desesperación,
de una fuerte sensación de desánimo.
Como hemos visto anteriormente, el cerebro
límbico pone en marcha una respuesta de supervivencia,
que puede ser la huida o una reacción
de otro tipo.
Sin embargo, si vivimos una situación estresante,
penosa y repetitiva y no cambiamos nuestro
modo de actuar por guardar las apariencias – por
ejemplo, realizando un trabajo que no nos gusta -,
nos sentimos incapaces de resolver el problema y,
en definitiva, bajamos los brazos, nos rendimos. La
consecuencia de ese modo de actuar, en contradicción
con lo que pensamos y sentimos, será un
descenso de la resistencia inmunitaria y la creación
de un terreno favorable a la aparición de anomalías
celulares portadoras de cáncer.
Ésa es la razón por la que los disminuidos
psíquicos y los enfermos mentales jamás padecen
cáncer, porque no tienen FP bien estructuradas y
resuelve su sufrimiento escapando de él mediante
otro modo de pensar.
Afortunadamente, es un sistema reversible
que puede conducir a la sanación completa.
Si uno está convencido de que el proceso
de la enfermedad puede:
-involucionar en todo momento, y de que
nosotros tenemos ese poder.
-Si se ayuda al paciente a creer firmemente
en el poder de sus pensamientos positivos, que
sustituirán a las FP nocivas.
-Si se consigue que aumente sus defensas
naturales al cambiar la percepción que tiene de sí
mismo y de sus problemas, lo que hará transmutar
la enfermedad en salud.
Esos sentimientos – que, al augurar proyectos
para el porvenir, son fuente de esperanza –
quedan registrados en el sistema límbico y enviados
después al hipotálamo, el cual da orden a la
inmunidad para que se movilice contra las células
anormales, las glándulas, por su parte, restablecerán
el equilibrio hormonal, y todo ello detendrá
la producción de células anormales.
Estas últimas, ya presentes, serán destruidas
naturalmente, bien por las defensa del cuerpo,
bien mediante algún tratamiento.
-Aprender a consagrar tiempo para sí mismo,
hacer las cosas que a uno le gustan y dejar de
hacer lo que no le gusta.
-Aceptar a los demás como son, sin juzgar
ni criticar.
-Expresar los propios sentimientos, los sufrimientos
y las emociones.
-Personalizar.
-Hacer ejercicio físico, sin forzarse, e ir aumentándolo
progresivamente.
-Tomar las riendas de la propia vida y dejar
de pensar que somos víctimas de los demás, en
general, o de alguien en particular. He aquí un amplio
programa que puede ocupar toda una vida.
El cerebro es un transmisor capaz de llevar
a un plano puramente físico, los pensamientos
que le enviamos. Si los pensamientos y las FP van
en contra de la Vida, se plasmarán en el cuerpo en
forma de enfermedad y nos llevarán a la muerte.
En cambio, si están alimentados de Vida, pueden
llevarnos a la juventud y a la vida sin límites.
Comprobar que los físicos e investigadores
de física cuántica han llegado a la misma conclusión
que lo que a mí se me ha mostrado de
otra manera, más mística, me confirma lo que ya
suponía, y es que estamos a un paso de comprender
la mística de un modo concreto, a un paso de
que Ciencia y Conciencia se conviertan en dos dedos
de una misma mano, la de Dios.
Fuente: Revista CONECT edición N 4
http://www.renemey.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios serán moderados por el administrador del blog antes de ser publicados